Queridas/os compañeras/os,
Mañana celebramos el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, bajo el lema de la ONU ‘Para las mujeres y las niñas en TODA su diversidad’. Un día que recuerda la irremplazable presencia de las mujeres en la sociedad y la necesidad de que, mediante la acción colectiva, se garantice la igualdad de oportunidades y se refuerce el empoderamiento femenino, fomentando el acceso inclusivo a la educación y la participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones.
Las jóvenes deben protagonizar los avances sociales y liderar la lucha por y para la igualdad. A tal fin, las universidades, como agentes de formación y estructuración social, debemos fomentar y respaldar la igualdad de derechos, frenar cualquier obstáculo que la dificulte y establecer un entorno de convivencia que respete la diversidad y esté libre de acoso y discriminación. Desde la Universidad de Castilla-La Mancha reiteramos nuestro firme compromiso para enfrentar y erradicar cualquier tipo de violencia, poniendo al servicio de la comunidad universitaria nuestro Protocolo para prevenir, detectar y actuar ante el acoso en la UCLM. Aunque cada año se reportan más casos, aún hay compañeras y estudiantes que, por distintas circunstancias, no se sienten preparadas para dar ese paso. Es comprensible que denunciar, en una situación de vulnerabilidad, resulta un proceso difícil, pero quiero animar a esas personas a que acudan a los canales institucionales de denuncia. Estos canales garantizan la confidencialidad y están diseñados para proporcionar apoyo y protección. Y quiero también hacer un llamamiento a toda la comunidad universitaria para que se comprometa a participar activamente en los procedimientos que se instruyan pues solo a través de un esfuerzo conjunto podemos construir una universidad libre de violencia y discriminación.
En la recta final de ejecución del primer Plan de Igualdad de la UCLM, debemos hacer balance. Aunque quedan cuestiones pendientes, en estos casi cuatro años se ha dado un notable impulso a las políticas de igualdad que fomentan una universidad más justa e inclusiva. De un lado, de la mano de las diversas Comisiones de Igualdad de centros, departamentos e institutos de investigación, se han puesto en marcha acciones que han permitido organizar, difundir y distribuir de forma más equitativa, por género, las actividades investigadoras, docentes y de administración y gestión. De otro, se ha dado un fuerte impulso a la formación. El curso ‘Igualdad, Diversidad e Inclusión’, ofertado dentro del Aula de Competencias Transversales, ha superado todas las expectativas con más de mil estudiantes. Y nuestro personal docente e investigador, y técnico, de gestión y de administración y servicios también ha seguido con atención y compromiso, entre otros, el curso sobre ‘Igualdad, prevención de las violencias sexuales y diversidad sexual’.
Otro reto importante en la universidad es eliminar la brecha de género en las áreas STEM, así como reconocer y visibilizar el trabajo académico y profesional de las mujeres, promoviendo su participación en los puestos de liderazgo. La fotografía dinámica a lo largo de la última década sobre la presencia de mujeres en nuestra universidad devuelve una imagen muy positiva entre el estudiantado, con una mayoría en estudios de Grado (58%) y paridad en los de Máster y Doctorado. También se aprecia paridad en el profesorado ayudante, contratado doctor y asociado, aunque la presencia de mujeres es menor entre profesorado titular (43%) y, particularmente, en las cátedras (28%), dirección de tesis (31%) y dirección de programas de doctorado (26%). Estas cifras mejoran, un año más, en las mujeres catedráticas, cuya presencia supera en doce puntos porcentuales la cifra de hace una década. En el Personal Técnico, de Gestión y de Administración y Servicios, sin embargo, también se aprecia el conocido efecto tijera: aunque más de la mitad son mujeres, apenas un tercio están en el grupo de mayor categoría.
La igualdad nos une, pero la diversidad nos enriquece. Es misión de nuestras universidades generar espacios de convivencia seguros, garantizar un acceso igual a todos los colectivos y ofrecer herramientas para educar en el feminismo, no sólo desde un enfoque único sino con la transversalidad como eje. Por ello, concluyo este mensaje agradeciendo y reconociendo a todas las personas que conforman la comunidad universitaria por su valiosa contribución a este fin. Gracias por ser un pilar fundamental en la acción diaria por y para la igualdad.
José Julián Garde López-Brea
Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha