Antonio M. Rodríguez García, Universidad de Castilla-La Mancha; Enrique Díez Barra, Universidad de Castilla-La Mancha; Luis Mansilla Plaza, Universidad de Castilla-La Mancha y Maria Antonia Herrero, Universidad de Castilla-La Mancha
Pocos metales, como ocurre con el mercurio y su mineral más conocido –el cinabrio–, han mantenido una presencia continua a lo largo de la historia. Desde el uso de los cristales o el polvo de cinabrio, este elemento ha sido utilizado en contextos funerarios de la prehistoria de la península ibérica o como elemento decorativo de murales romanos. Su símbolo, Hg, se asocia con su nombre de origen griego –hydrargyros (en su versión latina hydrargyrum)– con prefijo hydr- (agua) y sufijo -argyros (plata).
El mercurio alcanzó su máximo esplendor cuando fue utilizado para la amalgamación de metales preciosos en América.
Es un metal que cuenta con características que le hacen especialmente singular. Por ejemplo, es el único elemento metálico que se presenta en estado líquido a temperatura ambiente. Salvo los más jóvenes, que pueden no conocerlo tan bien, ¿quién no ha jugado con el líquido brillante y escurridizo que liberaban los termómetros de antes al romperse?
Además, es un líquido extraordinariamente denso. ¿Ha intentado levantar alguna vez una botella de un litro llena de mercurio? Sepa que pesa más de trece kilos y medio. Y es capaz de disolver (amalgamar) otros metales, entre ellos el oro y la plata, lo que entronca directamente con el ya mencionado uso que se le daba a dichos metales en América.
La denominada enfermedad de Minamata, descrita en 1968 y asociada a la presencia de metilmercurio en pescados y mariscos, dio la voz de alarma respecto a este metal. La volatilidad y el tiempo de vida del mercurio en la atmósfera son las causas de su fácil distribución. Las consecuencias de esta enfermedad provocaron que el mercurio fuese desplazado y sustituido en gran parte de sus usos industriales.
Pero esto no puede hacer olvidar la importancia que ha tenido la minería del mercurio en la historia y en los pueblos que se han dedicado a ello.
Almadén, sitio histórico minero
En la localidad castellanomanchega de Almadén, la historia y buena parte de su idiosincrasia están unidas firmemente al mercurio y a las minas.
En ella destacan las instalaciones y construcciones mineras. Existe un Parque Minero perfectamente cuidado y visible con un alto grado de accesibilidad, donde destacan sus espectaculares bariteles y sus hornos de aludeles. Además, en Almadén se encuentran edificios que dan cuenta de su influencia en el desarrollo económico de la comarca, como la Real Cárcel de Forzados, el Hospital de Mineros de San Rafael o la Plaza de Toros. Almadén es asimismo referencia en la ingeniería española y americana a través de la creación en 1777 de la entonces Academia de Minas, hoy Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de la Universidad de Castilla-La Mancha.
En 2019, la European Chemical Society (EuChemS) reconoció el papel que han jugado tanto Almadén como sus minas en la historia de la química y en el sentido europeo de pertenencia entre la gente y las ideas y le concedió el reconocimiento de localización histórica, una distinción de la que se hará entrega el 15 de septiembre.
EuChemS estableció hace tres años un programa de reconocimiento de lugares históricos para la química al considerar que esta ciencia es una parte integral del patrimonio cultural de Europa, siendo esta concesión a Almadén la segunda en Europa y la primera en España. Este programa también pretende reforzar el sentido de pertenencia de los químicos europeos y ofrecer al público una idea de cómo la química forma parte de la historia de cada ciudadano del continente.
El patrimonio minero y arquitectónico de Almadén y su musealización de la historia y aplicaciones del mercurio reciben un nuevo impulso con esta distinción de las sociedades químicas europeas que suma el carácter científico al reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad que tuvo lugar en 2012.
Difusión de la historia
Almadén realiza desde hace tiempo una labor de difusión a través de los ámbitos de la interpretación y la exposición, con fines museísticos, del desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como de la medicina preventiva y la prestación de servicios de atención de la salud. Las minas y sus instalaciones son más que suficientes para mostrar la evolución de la ciencia y la tecnología en los campos de la geología, la mineralogía y la metalurgia, así como en la ingeniería minera y mecánica aplicada a la minería.
En la actualidad, la zona correspondiente al primer piso de la mina de Almadén, a unos 50 m de profundidad, es la que tiene un valor histórico más significativo y puede ser accesible al público.
Los visitantes, tras recorrer las zonas de explotación de los siglos XVII y XVIII (métodos de laboreo de hurtos, testeros, etc.) y los trabajos del siglo XIX y XX, llegan a la joya de la visita, el baritel de San Andrés, con su majestuoso torno (malacate), la Capilla Sixtina del patrimonio minero de Almadén, y la galería de los trabajadores forzados por la que se llevaba a los convictos a trabajar en la mina desde la prisión.
Singularidades de Almadén
Igual que el mercurio está considerado un metal singular, Almadén, tanto por su paisaje como por su historia, ofrece también hechos singulares.
El yacimiento minero de Almadén está considerado como excepcional, por ello se ha definido como un “Giant Ore Deposit”, es decir, un depósito de minerales extremadamente grande. Así mismo, su interés geológico es internacional, al estar considerado por la UNESCO como un “geosite”, es decir, una zona o territorio en el que es posible identificar un interés geológico o geomorfológico para la conservación.
Almadén, cuyo nombre actual proviene del vocablo árabe al-ma´dén, que significa “la mina”, era ya un enclave muy próximo a la vía 29 del itinerario Antonino de calzadas romanas que unía Caesar Augusta (Zaragoza) con Emérita Augusta (Mérida). Almadén también fue núcleo principal de lo que se denominó Camino Real Intercontinental del Imperio Español como origen del mercurio utilizado para la amalgamación de la plata y el oro americanos.
Por otra parte, es destacable la creación en la localidad en 1777 de la primera Academia de Minas en España, muestra de la singularidad de esta población y su posición relevante en el panorama nacional. De la Escuela de Ingenieros, evolución de la original Academia, fue director Fausto Delhuyar, descubridor, junto a su hermano Juan José, del wolframio en 1781; y también fue estudiante Andrés Manuel del Río, descubridor discutido del elemento que él inicialmente describió como eritronio y que se conoce como vanadio.
Almadén es minería, patrimonio industrial y paisaje. Sus sierras cuarcíticas, en perfecta simbiosis con las dehesas de su entorno, se entremezclan con sus calles llenas de historia y los testimonios de sus gentes que, desde tiempos inmemoriales, conforman un paisaje excepcional.
Antonio M. Rodríguez García, Química Orgánica, Universidad de Castilla-La Mancha; Enrique Díez Barra, Química Orgánica, Universidad de Castilla-La Mancha; Luis Mansilla Plaza, Profesor Titular, Universidad de Castilla-La Mancha y Maria Antonia Herrero, Profesor titular, Universidad de Castilla-La Mancha
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.